Blog: el futuro de la abogacía.
A lo largo del tiempo, la labor del abogado se ha caracterizado por complicados y onerosos trámites, rebuscada terminología y una insaciable nostalgia por las instituciones del pasado. Sin embargo, los rápidos e inminentes cambios tecnológicos y sociales, los cuales fueron acelerados por la crisis sanitaria del COVID-19, han conducido al profesional del derecho a tener que ver hacia adelante, pues allí se encuentra el futuro de la abogacía, y ya no es concebible operar con una mentalidad tradicional frente a los cambios que se vienen en el mundo jurídico.
En una sociedad donde priman la comodidad y la satisfacción inmediata; la larga tramitología de la labor del abogado, los altos costos por la prestación de sus servicios y los complicados y técnicos procesos en el actual mundo jurídico no responden a las exigencias y necesidades de los consumidores.
El valor que existe en observar e instruirse del pasado es innegable, pues esto nos permite aprender de la sabiduría y enseñanzas que crearon y perfeccionaron importantísimas instituciones que perduran hasta ahora (véase la importancia que ha tenido y sigue teniendo el derecho romano, especialmente cuando se trata de derecho civil). Sin embargo, es de igual importancia ser conscientes de las transformaciones que se producen con el pasar del tiempo y en especial con la llegada de la Cuarta Revolución Industrial, pues el Derecho siempre está detrás de una sociedad que constantemente cambia y se redefine; algo que se hizo más evidente con los retos que ha representado adaptarnos a la nueva realidad que trajo la pandemia.
Los beneficios derivados de implementar nuevas tecnologías en la labor del abogado son inmensos:
- Algoritmos e Inteligencia Artificial que alivian la labor del abogado al ocuparse de las tareas más repetitivas, manuales y burocráticas
- Procesos automatizados por herramientas como los contratos virtuales o blockchain que reducen la incertidumbre, el tiempo y los costos de los procesos y trámites jurídicos
- Sistemas que pueden predecir el desenlace de una determinada disputa basada en resoluciones pasadas para que la gente, en vez de esperar la resolución en juicio, pueda optar por aceptar la decisión del sistema, por enumerar algunos.
Vemos la transformación en el enfoque dado a la tecnología en el mundo jurídico; que pasa de ser una mera asistencia al abogado en sus labores, a poderlo reemplazar por completo en aquellas tareas más monótonas, permitiéndole al profesional de derecho utilizar su tiempo de mejor manera en tareas más complejas que requieren razonamiento humano y pensamiento crítico.
La tecnología ha transformado múltiples sectores de la economía, y la abogacía, tarde o temprano, también se verá transformada. Los profesionales del derecho, al igual que cualquier otra persona que presta sus servicios a terceros, debemos constantemente adaptarnos e intentar simplificar la vida de nuestros clientes, pues si no nos adecuamos a la realidad y exigencias de los consumidores, habrá aquellas personas que sí lo harán, generando así un mayor valor en los servicios que prestan.
El cambio es inminente, es un momento emocionante para el mundo jurídico, pero debemos tener muy claro cuál es la mejor manera de implementar estos cambios respondiendo a las necesidades de nuestra actualidad y los requerimientos de los clientes, puesto que la idea de cambiar no es hacerlo reactivamente, sino de manera informada, entendiendo el valor existente en unas las nuevas herramientas tecnológicas en el mundo jurídico.
Actualmente, un título universitario, maestría o doctorado ya no es símbolo de destaque o significa seguridad laboral; hoy en día, se demanda del abogado que constantemente amplíe su conocimiento en temas que no se limitan a lo legal, que sepa proporcionar valor agregado a sus clientes, que reduzca costos, tiempos y complicaciones, etc. ¿Qué harás tú frente a estas nuevas demandas?
Autores:
Gabriel Jácome